En los quehaceres de tu vida, no concedas el ciento por ciento de tu atención al mundo externo y a la mente. Mantén parte de tu atención dentro. Siente tu cuerpo interno mientras participas en tus actividades cotidianas, especialmente cuando te relacionas con otras personas o con la naturaleza. Siente la quietud en lo profundo de él. Mantén la puerta abierta. Es muy posible ser consciente de lo No-Manifestado a lo largo de la vida. Lo sientes como una profunda paz de fondo, una quietud que nunca te abandona, pase lo que pase fuera. Así te conviertes en un puente entre lo No-Manifestado y lo manifestado, entre Dios y el mundo. Este es el estado de «CONEXIÓN CON LA FUENTE», o lo que llamamos «ILUMINACIÓN» Eckhart Tolle